PILAR DE FORMACIÓN

El Kerigma anunciado por la Iglesia, mueve y fortifica a una transformación de la vida de aquellos que lo escuchan y lo reciben con agrado: "De este conocimiento amoroso de Cristo es de donde brota el deseo de anunciarlo, de "evangelizar", y de llevar a otros al "sí" de la fe en Jesucristo. Y al mismo tiempo se hace sentir la necesidad de conocer siempre mejor esta fe" (Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), Nro. 429).

Un creyente que al haber escuchado el Kerigma no se preocupe por educarse y profundizar en las verdades de la fe, corre el riesgo de perderse en un sin número de esnobismos e ideologías de turno que sólo pretenden ocultar, desvirtuar o hacer desaparecer la fe en Jesucristo. El hacer resonar lo que ha escuchado en el corazón, procurará afianzarse en la fe y se motivará a conducir a otros para que crezcan en ella.

La Iglesia, como Madre y Maestra, es la primera responsable en ayudar para que todo bautizado se afiance en la fe que ha recibido en el bautismo y lo lleve a formarse cada vez más en las verdades de la fe: "La Iglesia madre está llamada a tomar parte en la acción educadora divina, bien en sí misma, bien en sus distintas articulaciones y manifestaciones. Así es como los fieles laicos son formados por la Iglesia y en la Iglesia, en una recíproca comunión y colaboración de todos sus miembros: sacerdotes, religiosos y fieles laicos. (Christifideles Laici, Nro 61).

"También los grupos, las asociaciones y los movimientos tienen su lugar en la formación de los fieles laicos. Tienen, en efecto, la posibilidad, cada uno con sus propios métodos, de ofrecer una formación profundamente injertada en la misma experiencia de vida apostólica, como también la oportunidad de completar, concretar y especificar la formación que sus miembros reciben de otras personas y comunidades" (Ibid, Nro. 62).

La Renovación Católica Carismática (RCC) de Medellín para mantenerse en la unidad e identidad que lleva como Corriente de Gracia, ha de cumplir también su tarea de formación como lo pide la Iglesia:


¿PARA QUÉ SIRVE LA FORMACIÓN EN LA RCC?

En primer lugar, la persona que vive la Efusión del Espíritu en esta corriente de Gracia, busca formarse para crecer en el amor a Dios y dar frutos abundantes, por lo tanto, la formación sirve como un instrumento para alcanzar dicho propósito y lo habilita para que dé testimonio de aquello vivido y aprendido; una fe que se vive, se expresa y se testimonia. Dicho esto, se puede afirmar que la primera parte de la evangelización se realiza con el anuncio del Kerigma para presentar la persona de Jesús como Salvador, Señor y Mesías de nuestras vidas.

En segundo lugar, aquel que se forma -teniendo a Jesús en el centro de la vida y habiendo recibido el Kerigma- su vida se convierte en una vida nueva que lo lleva a crecer en una experiencia de fe fortalecida, en una buena noticia que se recibe para encontrar esperanza y ahí también experimenta el poder del Espíritu Santo.

¿POR QUÉ LA FORMACIÓN EN LA RCC DE MEDELLÍN?

Dando respuesta al mensaje del Evangelio "enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado" (Mt. 28, 20), la formación se convierte en un pilar fundamental en la vida cristiana, más aún, en aquellos que han experimentado la fuerza del Espíritu Santo a través de la Renovación Carismática, sintiendo ese impulso por buscar su propio crecimiento en la vida de fe y llevando la Palabra como una opción de vida para aquellos que aún no la han experimentado. Hoy debemos dar respuesta a los diferentes retos que tenemos en la Iglesia y uno de ellos sin duda es presentar una nueva evangelización con ardor y expresión, cimentada en la Palabra, en la doctrina de la Iglesia, en la vida de los sacramentos y en el servicio: KATEKHESIS y la DIAKONIA.

  • KATEKESIS: El conocimiento de la doctrina católica, la tradición, la formación sacramental litúrgica, pastoral y bíblica
  • DIAKONIA: El servicio y la formación a otros. No puede haber un buen servicio sin una buena formación catequética.

Atendiendo a la imagen que queremos imitar de vida comunitaria que nos muestra los Hechos de los apóstoles: "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles" (2, 42), hablamos de una cultura de La Escucha, siendo discípulos que practican el mandamiento del Shemá, y así adentrarnos en la dinámica del camino cristiano que continúa con la formación madura de la fe, "para que se dé una pastoral verdaderamente incisiva y eficaz hay que desarrollar la formación de formadores. Formar a los que, a su vez, deberán empeñarse en la formación de los fieles laicos" (Ibid, Nro. 63).

Debemos estar preparados y dispuestos para que con eficacia demos respuestas a la luz de la fe, a un mundo que cada vez es más cambiante y presenta propuestas atractivas que seducen y engañan a las personas, haciéndolas esclavas y sometiéndolas en ideologías falaces. Por medio de la formación se busca responder a una experiencia espiritual más profunda (vida de oración), a una vida de fe que testimonie (discípulos - el amor), a una celebración con mayor sentido (los sacramentos). Por eso, la necesidad de llevar a una conversión a los bautizados, sabiendo que muchos han llegado a los Sacramentos sin una plena consciencia.

Teniendo en cuenta el tiempo que estamos viviendo de tibieza espiritual es: "urgente una formación específica para que puedan tener una incidencia significativa en los diferentes campos, sobre todo en el mundo vasto de la política, de la realidad social y de la economía, como también de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios y de otras realidades abiertas a la evangelización" (Aparecida N°283). Motivo por el cual es necesario, implementar y desarrollar un proceso formativo serio y responsable a los que pertenecen a esta corriente de gracia que abarque diferentes dimensiones no sólo desde la dimensión pastoral y misionera, sino también, un dimensión humana y comunitaria que nos lleve a la unidad en el Espíritu y mostremos una identidad entre todos los miembros de las diferentes comunidades y grupos de oración de la RCC y fuera de ellos:

El servicio de Comunión por medio de este pilar de la formación en la RCC de Medellín quiere responder a:

  • Una experiencia espiritual profunda (vida de oración).
  • Una vida de fe testimonial (opción por Jesús: camino de discípulos).
  • Una celebración litúrgica (los sacramentos).
  • Unidad en el Espíritu entre las comunidades y grupos de oración (carismas).
  • Un compromiso con los más necesitados: servicio.
  • Mantener la identidad y unidad en la RCC de Medellín.